Alguien que se fije varios objetivos como comprar casa o automóvil, continuar estudios universitarios, hacer una especialización o montar negocio propio, está pensando en aumentar su patrimonio y está recorriendo el camino correcto.
Además de considerar el aumento de patrimonio, es importante protegerlo y prevenir que este se vea afectado por alguna urgencia o adversidad para lo cual es bueno adquirir seguros médicos, seguros de vida, de vivienda y manejar responsablemente el tema cuando se trata de los vehículos. Con estos últimos se debe ser especialmente cuidadoso en la adquisición, validando con la normatividad vigente y protegiéndose de personas malintencionadas.
En el planteamiento de metas inciden varios aspectos como la edad, el estado civil y la capacidad de ahorro, que ayudan a organizarlas de acuerdo con la prioridad de cada quien.
Ahorro e inversión van de la mano:
El ahorro y la inversión son dos cosas distintas, ahorrar significa guardar parte de los ingresos con el fin de usarlos en el futuro, mientras que invertir consiste en diseñar una estrategia para obtener rendimientos superiores. Se invierte, por ejemplo, cuando se adquiere una propiedad cuyo valor va aumentando al paso del tiempo.
Quien ahorra puede invertir y solamente quien se atreve a invertir el dinero podrá aumentar su patrimonio. Si bien es evidente la importancia de la inversión, todas las decisiones se deben someter a consideración sin apresurarse, evaluando variables del mercado en el cual se considera invertir, asesorándose en todo lo que sea necesario y validando a fondo en caso de interesarse por la compra de acciones. La impulsividad o precipitación pueden acarrear consecuencias que afectarían muy seriamente la posibilidad de construir patrimonio.
Una de las inversiones mas comunes es la adquisición de un inmueble. Tenga en cuenta que esta compra no debe impedir la cobertura de otros gastos ni la capacidad de ahorrar, además no es saludable tener como meta solo la cuota inicial, pues el crédito continúa y suele ser un compromiso de muchos años. No hay que olvidar que la cuota inicial debe ser mínimo del 30% del valor de la casa o el apartamento o 20% en casos de que se trate de una vivienda de interés social (VIS).
Otra opción son los negocios familiares, figura mediante la cual se han creado muchas de las empresas mas grandes del mundo, sin embargo, no todas las iniciativas son viables y el componente emocional debe aislarse de manera que las relaciones intrafamiliares no incidan en el bienestar financiero del grupo y que más allá del emprendimiento se logre compromiso, disciplina, transparencia y estabilidad.