¿Alguna vez se ha puesto a pensar cómo sería vivir sin utilizar billetes o monedas para pagar? Pues bien, aunque en Colombia todavía esto no es una realidad, países como Suecia, Dinamarca y Uruguay ya están pasando “del dicho al hecho”. Saber Más, Ser Más le cuenta cómo desde ya los países se preparan para marcar un hito en la historia y dejar de usar el efectivo.
1. El caso sueco
No sé si sepa, pero Suecia está a punto de convertirse en el primer país sin dinero en efectivo. Actualmente están circulando en el mercado menos de 80 millones de coronas suecas, que equivalen a ocho millones de euros aproximadamente, es decir, el 3% del dinero en circulación, en contraste con el 9% promedio en la eurozona. ¿Usted sabe a qué se debe esta disminución?
Desde hace aproximadamente seis años el país escandinavo se ha propuesto eliminar por completo toda expresión física de dinero para sustituirla por tarjetas de crédito, abonos a través del teléfono móvil y plataformas de pago vía Internet, con el fin de luchar contra el fraude fiscal y los robos a mano armada que se presentaban constantemente.
Desde ese momento, en Estocolmo, el pago de la tarifa del bus se realiza con tarjetas prepago, así como el diezmo, (sí así como lo está leyendo, aunque le parezca increíble), se paga con tarjeta débito o crédito a través del teléfono móvil.
2. El caso danés
Si piensa viajar próximamente a Dinamarca es importante que tenga en cuenta que a partir del próximo año (2016) no se recibirán monedas ni billetes en tiendas de ropa, estaciones de servicio, así como tampoco en restaurantes, como medio de pago; esto con el propósito de eliminar los considerables costos administrativos y financieros que implica el manejo en efectivo.
Como reemplazo ya está en funcionamiento ‘MobilePay’, una aplicación móvil desarrollada por el Danske Bank, el principal banco danés, para que las personas transfieran dinero a otras personas y/o tiendas, teniendo en cuenta que el Banco Central no volverá a producir monedas ni billetes.
Las razones por las que el Gobierno ha tomado esa decisión son diversas, entre las que se encuentra: mayor eficiencia económica, debido a la reducción de costos y aumento de la productividad, también porque representa una solución a los robos y para reducir las posibilidades de evasión fiscal y de corrupción.
3. El caso francés
En Francia, el Gobierno ha establecido como medida de seguridad un límite de 1.000 euros para pago en efectivo, lo cual no solo afecta directamente a los ciudadanos, sino también a los turistas, quienes a partir de septiembre de 2015 deben limitar sus operaciones en efectivo y no superar los 10.000 euros, 5.000 menos de lo que se venía permitiendo.
A esta medida se suma un proceso de vigilancia que empezará a regir a partir de 2016, a través del cual el Gobierno controlará los movimientos y las transferencias superiores a los 10.000 euros, las cuales deben ser reportadas por los bancos. Todo esto con un solo propósito: luchar contra la financiación del terrorismo y el blanqueo.
4. El caso uruguayo
Hace poco, el Ministerio de Economía y Finanzas de este país, envió una interesante propuesta al Parlamento a través de la Ley de Presupuesto Nacional. Se trata de restringir el uso del efectivo en actividades comerciales en las que podría arriesgarse la integridad física de las personas que trabajan en dichas actividades o usuarios, a raíz de la utilización de este medio de pago.
Esta medida, que debe ser aprobada por el Poder Legislativo, surge como una iniciativa de sectores como el de transporte (específicamente de las empresas de buses y taxis), por cuestiones de seguridad. Sin embargo, no es la primera vez que Uruguay avanza en este aspecto, en abril de 2014 se aprobó la Ley de Inclusión Financiera, una norma que prohibió pagar con efectivo toda “operación de enajenación de bienes o prestación de servicios, cuyo importe total sea igual o superior a US $4.400”.
Reducir el efectivo en Uruguay es muy bien visto por comerciantes y empresarios, mientras que para la mayoría de los trabajadores resulta bastante complicado, debido a que no todos cobran su sueldo a través de una cuenta bancaria. Dificultad que el Gobierno deberá tener muy presente, así como los costos administrativos que implica utilizar tarjeta.
En Colombia los avances se dan lentamente, pero ya hay casos de éxito para revisar como el de Concepción, Antioquia, del que puede leer aquí.