Las opciones para que muchas personas puedan acceder a la banca crecen cada día. Un ejemplo claro de esto es la tarjeta de crédito amparada, en la que hay un titular de una tarjeta de crédito, que es la persona que responde ante la entidad, pero quien utiliza el cupo es otra persona que ha sido avalada por el titular.
Lo que quiere decir, que aunque este servicio este a nombre de un tercero, se debe ser consciente de que se adquirió una responsabilidad financiera y que por ello se debe ser juicioso con el manejo de ésta. Es importante tener en cuenta: la tarjeta de crédito amparada es un crédito más, no una extensión de los ingresos, ¡no se endeude por encima de su capacidad!, pues como beneficiario debe tener siempre presente que cada vez que la utilice, la entidad financiera le está prestando el dinero para pagar al vendedor y las dificultades con el pago pueden llegar a ser reportadas por las centrales de riesgo.
Así mismo, el que sirva como titular debe elegir muy bien a la persona que quiere amparar, para evitar futuras deudas.
Generalmente, este tipo de tarjetas suelen solucionar el hecho de que una persona joven, un adulto mayor o alguien que requiera especial supervisión, tenga acceso a la vida crediticia y a las facilidades del uso del plástico como la disponibilidad de uso inmediato, la posibilidad de no portar consigo sumas considerables de efectivo y en muchos casos de acceder a beneficios como seguros, puntos, millas o descuentos.
Por parte del titular, se cuenta con la tranquilidad de poder controlar los límites del cupo y tener pleno conocimiento de las operaciones. De esta forma se puede lograr la formación de tarjetahabientes más responsables, bien informados y que en el futuro puedan disfrutar de las ventajas del producto, en lugar de tenerlo como una obligación que les genere una experiencia desfavorable por no darle el manejo adecuado.
En estos casos resulta especialmente recomendable que los beneficiarios de la tarjeta amparada contemplen precauciones básicas de seguridad como ser muy cuidadosos con la clave y el cambio de la misma, atención en el manejo de tarjeta en los establecimientos y cajeros automáticos e incluso la verificación de los movimientos de ser posible, vía celular de manera que si es una persona que inicia su vida crediticia, lo haga responsablemente y tenga conciencia plena tanto de los riesgos como de las responsabilidades que adquiere, aprendiendo buenos hábitos de consumo y preservando el buen historial crediticio.
El ABC
– La tarjeta de crédito amparada ofrece generalmente un cupo del 50% respecto a la tarjeta madre.
– El cupo de la tarjeta amparada puede aumentarse si el comportamiento del beneficiario es positivo.
– Con la tarjeta se pueden hacer compras en cualquier momento y planear mejor los gastos.
– Todos los miembros de una familia pueden tener una tarjeta de crédito amparada.
– El beneficiario puede convertirse en titular si demuestra un excelente manejo del plástico.
– Con esta tarjeta la persona beneficiada inicia su vida crediticia.
– Las compras a una sola cuota no generan intereses.
– Generalmente este tipo de tarjetas no tienen cobro de cuota de manejo.
– La tarjeta puede ser utilizada en el exterior.
– Con la tarjeta también se pueden realizar avances.
– Si no se le da buen manejo a la tarjeta, el «amparante» o titular puede solicitar que se la retire al beneficiario.