La mejor manera de resumir la responsabilidad de quienes tienen a su cargo un grupo familiar es la que diariamente repiten los expertos en ahorro: «controlar el presente, es planificar el futuro».
No obstante, ante situaciones imprevistas o repentinas que requieran disponer de recursos de forma urgente, lo más recomendable es estar listo con recursos propios ahorrados en un fondo de emergencia, de esa forma no tendrá que recurrir a estrategias como la venta de bienes o propiedades que puedan afectar a mediano o largo plazo el bienestar y la sostenibilidad del grupo. En Saber Mas, Ser Mas, lo ayudamos con algunos consejos para que el ahorro sea el garante de su tranquilidad financiera:
Identificando su realidad financiera
Comience por identificar de manera clara en qué situación se encuentra actualmente en materia de ingresos, gastos, deudas y proyectos. No lo haga solo, recuerde que debe incluir a todos los miembros del hogar y buscar la equidad de los aportes, o al menos la proporcionalidad con el fin de mantener a los miembros sintonizados con el objetivo principal de ahorrar; aunque además de los ahorros, las inversiones asesoradas, responsables y organizadas pueden fortalecer y potenciar el ahorro elevando las expectativas familiares y las posibilidades económicas.
Adicional a los fondos de emergencias, es fundamental considerar la inversión en vivienda como garante de tranquilidad, considerando los costos de la renta y la dinámica del mercado inmobiliario.
Con un balance colectivo y general de lo que la familia quiere, será más factible planear y replantear metas a corto, mediano y largo plazo. Una vez que hayan determinado la realidad financiera, lo próximo que se debe hacer es elegir lo que es verdaderamente importante para la familia ¡Haga que todos se sientan parte del plan financiero familiar!
Recuerde que el manejo de finanzas compartidas implica además de las metas u objetivos, la elaboración de presupuestos, cálculos objetivos y ante todo, sinceridad en los manejos, acuerdos y estrategias ante imprevistos.
Los plazos
Los objetivos a corto plazo, generalmente tienen un lapso de entre 12 a 18 meses. Las metas en este periodo pueden ser crear un fondo de emergencia en la entidad financiera de su preferencia.
De mediano plazo, son aquellos objetivos que en un término no superior a cinco años que se pueden materializar. En ese tiempo es muy probable que si un grupo familiar ha ahorrado con disciplina pueda utilizar el dinero para el pago de la cuota inicial para la compra de una vivienda o para montar una empresa.
Finalmente, una meta a largo plazo, no tiene un término en el tiempo y son aquellas que dan una estabilidad económica, académica y personal también indefinida.Ahorrar suficiente para jubilarse a una edad específica o pagar una parte o la totalidad de la educación universitaria de un hijo, pueden ser algunos de los resultados del ahorro a largo plazo.
Vale la pena tener en cuenta la importancia de conocer el dinero acumulado para la pensión en caso de retiro, no solo para depender de este, sino para contar con un ahorro adicional procedente de algún porcentaje del ingreso que le permita al jubilado mantener el mismo nivel de vida o uno similar al que tenía en su vida laboral, evitando situaciones de dependencia parcial o total y ante todo, preservando el bienestar.