Las claves y contraseñas son la primera barrera de protección ante situaciones de riesgo como robo o fraude, por eso es fundamental tomar algunas medidas para que nadie pueda conocerlas o adivinarlas.
Póngasela difícil a los amigos de lo ajeno siguiendo estas recomendaciones de seguridad:
1. Para sus claves de cuatro dígitos, como las que usa para hacer retiros en efectivo en cajeros automáticos, evite usar:
- Los mismos números, es decir (0000, 1111, 2222, …)
- Claves de dos series (1010, 2020, 3030, 2244, 3388, …)
- Los dígitos consecutivos (1234, 4567, …)
- Número fácilmente asociados con sus datos personales (día y mes de nacimiento, aniversario, entre otros.
2. En los portales transaccionales de las entidades financieras se suelen solicitar claves compuestas entre números y letras, lo que las hace difíciles de descifrar, sin embargo, no se confíe y siga estos consejos:
- Evite repetir números y letras, así como ponerlos de forma consecutiva (11AA, 22CC, 88VV, …)
- Intercale los números y letras (2F5B)
- Combine proporcionalmente números, letras y caracteres (¡@) si el portal lo permite.
- No use contraseñas como 111A, AAA1 que tienen altos índices de probabilidad de ser identificadas.
3. Es importante que no anote ni cargue la contraseña de sus tarjetas de débito o crédito, y tampoco las escriba en algún programa, archivo o aplicación de su celular o computador.
4. Evite en lo posible utilizar la misma contraseña para todos sus productos, preferiblemente incluya variaciones de su contraseña base, cambiando números o signos.
Por último, es importante que recuerde que las claves deben cambiarse periódicamente, para mantener seguros todos sus canales transaccionales. Recuerde que la seguridad es una responsabilidad compartida entre las entidades financieras y sus clientes.