En caso de haber solicitado un préstamo con una entidad financiera, familiares, conocidos o amigos, que después no se pueda pagar, es clave asumir una actitud responsable y no huir ni esconderse.
Para no huir de las deudas:
1. Haga un balance de su situación financiera y revise qué tipo de situaciones le impidieron cumplir con el compromiso de retornar el préstamo. El pago de las deudas debe ser una prioridad en todo presupuesto financiero.
2. Quítese los probables temores de visitar o llamar a sus acreedores para exponerles la situación que lo llevó a no poder cumplirles.
3. Si el incumplimiento es con una entidad bancaria acérquese a ella para negociar alternativas de pago que le permitan no volver a fallar con la obligación, es mejor hacerlo antes del vencimiento del día del pago.
4. En los incumplimientos con familiares y amigos suele ser más fácil, pero también hay que comunicárselos anticipadamente para evitar situaciones más problemáticas. Es importante hablarles con sinceridad y adquirir un compromiso de pago parcial o total con una fecha específica acorde a su situación financiera.
5. En cualquiera de los escenarios de negociación a los que llegue tanto con personas como con entidades, trate de cumplir y elegir la forma de pago que más le convenga de acuerdo con su presupuesto personal o familiar.
6. No recurra a préstamos informales como los conocidos «gota a gota» para financiar sus otras deudas porque son más costosos.
7. Nunca tome la decisión de dejar de pagar una deuda con el pretexto de que así mejorará su situación financiera porque al contrario la estará empeorando. Perderá la confianza de sus conocidos y el sistema financiero le dará una calificación negativa en su historia crediticia.