Esta nueva etapa implica además de responsabilidades, nuevos retos financieros, ya que el vivir solo afecta el flujo de caja que se tenía disponible cuando se convivía con la familia.
Es decir, si antes contaba con dinero para comprar ropa, zapatos, accesorios, recreación y turismo, ahora deberá llevar un control de sus gastos, pues a eso se le suman las facturas de los servicios públicos, administración, alimentación, arriendo y otras necesidades inmediatas.Antes de empacar sus maletas y decir «me independizo», analice lo siguiente:
– Presupuesto:
Analice cuánto gastaría viviendo solo y si realmente el dinero con el que cuenta mensualmente puede soportar los gastos que conllevaría la nueva decisión.
– Cuentas claras:
No olvide dentro de su presupuesto mensual incluir todo tipo de gastos. Esto le ayudará a analizar cuáles son las comodidades que debe recortar o sacrificar para independizarse (salidas nocturnas, almuerzo en restaurante, gimnasio, viajes, etc.).
– Vivir con desconocidos:
Para que el dinero que le entra a su caja menor no se vaya en pagar facturas, lo ideal sería que alquilara un inmueble con dos o tres habitaciones, con el fin de compartir el costo del arriendo con otras personas. Esto implica escoger a la persona indicada para compartir el techo, es decir, seleccionar a alguien confiable.
– Escoger vivienda:
Si su objetivo es ser independiente y que luego de pagar las deudas quede con un dinero extra para darse al menos una «comodidad», lo ideal es no gastar más del 30% del salario en el pago de la vivienda. Aunque estrenar apartamento y vivir en un sector exclusivo es el sueño de cualquier persona, puede ser una opción muy costosa e insostenible en el tiempo.
– Dinero extra:
Si usted es de los que gasta todo su salario en una semana y deja lo justo para sobrevivir en el mes, esto no podrá volver a pasar. Es necesario, hacer un ahorro o tener un fondo de emergencia para cubrir gastos ante cualquier eventualidad.
Es probable que viviendo con sus papás no se dé cuenta que ellos gastan en reparaciones y mantenimiento, pero lo cierto es que las cosas en ocasiones se dañan y toca repararlas o reponerlas. Gastos que ahora le tocan a usted.
– Viva con calendario:
Lo ideal cuando se vive solo es llevar una agenda de lo que está pendiente por pagar, pues la demora implica multas e intereses.
– Compras controladas:
Es cierto que cuando una persona decide irse a vivir sola, lo primero que piensa es en amoblar su nuevo hogar. Sin embargo, debe tener presente que éste no es el único gasto del mes. Es algo que puede ir haciendo poco a poco, adquiriendo lo necesario al comienzo y lo menos importante después.