¿Son las firmas electrónicas y las firmas digitales lo mismo? Aunque estos conceptos comparten rasgos de seguridad y por lo general casi siempre creemos que se tratan del mismo sistema de validación de nuestra identidad, la respuesta sin duda es un NO rotundo. Hoy, Saber Más Ser Más te explica la diferencia.
Entonces, ¿qué son las firmas electrónicas?
Las firmas electrónicas son un método de identificación equivalente a la firma manuscrita, que se sirve de diversos soportes electrónicos distintos, como un lápiz electrónico o una firma digital. Realizar una firma electrónica significa que una persona física da cuenta de una acción mediante un medio electrónico.
En sí, una firma electrónica equivale a tu firma manuscrita digitalizada y se utiliza para confirmar el contenido de un documento o los términos de un documento en particular.
¿Y las firmas digitales?
Las firmas digitales se refieren al tipo de firma electrónica más avanzado que existe en el mercado, básicamente, éstas permiten garantizar que el documento es auténtico y confiable. En otras palabras, sirven para dar cuenta de la veracidad de documento original ya que mediante la aplicación de algoritmos criptográficos validan la integridad del contenido.
Son como un candado en un documento y que para abrirse se requiere de un certificado oficial que es emitido por un organismo o institución que valida la firma y la identidad de la persona que la realiza.
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Estas fueron concebidas para evitar falsificaciones y cuentan con diversos niveles de seguridad que protegen los documentos firmados a través de autenticaciones y cifrados. Por lo tanto, evitan la suplantación de identidad en toda clase de procesos administrativos o fiscales.
En consecuencia, las firmas digitales aseguran que:
- El documento es auténtico, proviene de una fuente verificada y que no ha sido modificado.
- La identidad ha sido verificada por una organización confiable.
Con base a lo anterior, podemos decir, que la firma que realizamos para declarar nuestros impuestos en el sitio web de la DIAN, es una firma digital.
Con el auge de los procesos digitales debido a la emergencia provocada por el COVID-19 es muy probable que muchos de los procesos que realizabas presencialmente ahora debas hacerlos por internet y con el uso de alguno de estos recursos. Recuerda siempre mantener las máximas medidas de seguridad y cuidar tu firma como si estuviera en un papel en blanco, porque si la entregas sin cuidado, es justamente lo que podría pasar.
