El uso del dinero en efectivo continúa siendo muy común en Colombia, a pesar de la existencia de otros medios de pago. Sin embargo, es necesario aclarar algunos de los principales mitos que existen a su alrededor.
- “Se ahorra más teniendo el dinero en casa”
Tener su dinero ‘debajo del colchón’ es un método arriesgado y poco rentable para mantener la sana costumbre del ahorro. A la hora de considerar esta opción, tenga en cuenta que está arriesgando la seguridad de sus ahorros y que también está perdiendo la posibilidad de ganar intereses, ventajas que podría estar disfrutando al depositarlo en una entidad financiera. Recuerde el refrán “El dinero quieto no produce”.
- “Es mejor tener el dinero en el bolsillo”
Aunque es importante tener a su disposición una suma de dinero en efectivo en caso de algún imprevisto, recuerde que se expone a diferentes modalidades de robo, que además de llevarlo a perder su dinero, también ponen en riesgo su bienestar y el de sus seres queridos.
Además, el dinero en el bolsillo lo hace más propenso a los llamados “gastos hormiga”, es decir, pequeños gastos que se hacen a diario casi sin enterarse y al sumarlos, pasan a ser fugas inconscientes de su capital y pueden estar devorando su ingreso mensual.
- “Es más seguro realizar mis pagos en efectivo, que a través de otros medios”
Recuerde que realizar los pagos de sus servicios públicos o privados directamente en las oficinas no es la única alternativa. Lo invitamos a hacer uso de los canales que además de comodidad le brindan más seguridad, como el portal web de su banco, banca móvil o inscribir el débito automático de sus servicios.
- “El dinero en efectivo es más práctico”
El dinero que ahorra en una entidad financiera, además de generar rentabilidad, le permite gozar de toda la flexibilidad del sistema financiero colombiano, desde realizar giros nacionales o internacionales, pagos de servicios, recargas a celulares, compras por Internet, hasta el pago del sistema de transporte masivo. Además, en caso de extravío su dinero estará resguardado por el “Pin” o clave de la tarjeta débito, mientras realiza el proceso de bloqueo, el dinero en efectivo no corre con la misma suerte.