El dinamismo reciente en la oferta de productos y servicios financieros ha estado impulsado, en gran medida, por la adopción de nuevas tecnologías. Estas nuevas herramientas han permitido que los consumidores participen de manera más activa en el sistema financiero, lo que se ha traducido en mejoras significativas en términos de calidad, tiempo y costos.
Dentro del nuevo abanico de opciones que ha surgido como consecuencia del desarrollo tecnológico se encentra el crowdfunding, un nuevo esquema de financiación, en donde individuos y empresas financian proyectos, negocios o actividades personales, por medio de plataformas de internet. Esta actividad se empezó a masificar a raíz de la crisis financiera de 2008; debido a que los bancos tradicionales como Goldman Sachs o Morgan Stanley acotaron su disposición para colocación de créditos, lo que llevó a que muchas de las pequeñas empresas y firmas en fases iniciales de expansión afrontaran dificultades para conseguir fuentes de financiación como el Crowdfunding.
Modelos de crowdfunding
Es posible establecer dos modelos generales de crowdfunding, uno en donde el inversionista espera un retorno financiero y otro en el que las decisiones de inversión no están asociadas a expectativas de retorno. Tomando como referencia esta clasificación, se pueden identificar cuatro categorías:
- Donación.
- Recompensa.
- Esquemas Financieros de préstamos a personas (P2P) o empresas (P2B)
- Esquemas financieros de valores o acciones.
En la siguiente tabla veremos algunos modelos de financiación de Crowdfunding de manera más clara:
Tabla 1: Modelos Crowdfunding.
Fuente: The Americas Alternative Finance Industry Report: Hitting Stride (2017)
Aunque la idea de financiamiento grupal no es nueva y aún se mantienen esquemas tradicionales en donde familiares y amigos apoyan económicamente ideas de negocio, este esquema de financiación ha venido incursionando en el mercado, debido a el espacio desatendido en la vida financiera de las empresas, especialmente en sus primeras etapas de desarrollo.