En Saber Más, Ser Más hablemos en esta ocasión de un término que seguramente aparecerá cuando esté planeando su presupuesto mensual, o en campos de la contabilidad, la economía y la planeación financiera: los activos corrientes.
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El abecé de los activos corrientes
En contabilidad, los activos corrientes representan todos los activos de una empresa que se espera que se vendan, consuman, utilicen o agoten convenientemente mediante operaciones comerciales estándar en un plazo máximo de doce meses. Los activos corrientes, por lo general, aparecen en el balance general de una empresa, uno de los estados financieros obligatorios que deben completarse cada año.
En pocas palabras, los activos corrientes son aquellos recursos – tangibles o intangibles – que pueden convertirse en dinero en efectivo en un periodo inferior a un año.
¿Cómo se clasifican?
Los activos corrientes generalmente se dividen en cinco categorías, clasificadas de mayor a menor liquidez:
- Efectivo y equivalentes de efectivo: compromisos a corto plazo que se pueden convertir fácilmente en montos de efectivo conocidos; por ejemplo, moneda, saldos de cuentas corrientes o bonos del gobierno a corto plazo (es decir, si la fecha de vencimiento es de tres meses o menos).
- Valores negociables: inversiones a corto plazo que se espera que se conviertan en efectivo dentro de un año. Como certificados de depósito, cuentas del mercado monetario y cuentas de ahorro de alto rendimiento.
- Cuentas por cobrar: cualquier dinero adeudado por los clientes por compras realizadas a crédito se incluye en cuentas por cobrar.
- Inventario y suministros: incluyen materias primas, unidades en producción y productos terminados (por ejemplo, acero, vehículos sin ensamblar, automóviles terminados).
- Gastos pagados por anticipado: son gastos pagados dentro de un período contable, pero consumidos en un período futuro; como el alquiler (o arriendo) y seguros prepagados.
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¿Qué son los activos no corrientes?
Por otra parte, los activos no corrientes son inversiones a largo plazo de una empresa cuyo valor total no se realizará dentro del año contable. Este tipo de activos, por lo general, no tienen mucha liquidez, esto indica que no se pueden convertir fácilmente en efectivo.
Algunos ejemplos de activos no corrientes incluyen las inversiones, la propiedad intelectual, bienes raíces y equipo. Los activos no corrientes aparecen en el balance de una empresa y son conocidos también como activos fijos.
Tipos de activos no corrientes
Los activos no corrientes se dividen en tres categorías: los activos tangibles, activos intangibles y recursos naturales; estos suelen beneficiar a la empresa durante más de un año.
- Activos tangibles: suelen ser activos físicos o propiedades propiedad de una empresa, como bienes raíces o equipos. Son el principal tipo de activos que utilizan las empresas para producir sus productos y servicios.
- Activos intangibles: son bienes que no tienen presencia física. Aunque pueden ser creados, como una patente, los activos intangibles también pueden surgir de la compra o venta de unidades de negocio.
- Recursos naturales: activos que provienen de la tierra. Los ejemplos de recursos naturales incluyen combustibles fósiles y madera.
¿En qué se diferencian los activos corrientes de los activos no corrientes?
Los activos no corrientes, están destinados a un uso de largo plazo (un año o más) y no suelen liquidarse fácilmente. Como resultado, a diferencia de los activos corrientes, los activos fijos se deprecian o pierden su valor; lo anterior lleva a dividir el costo de los activos no corrientes de una empresa para gastarlos durante su vida útil.
Los activos corrientes, por otra parte, pueden venderse, utilizarse o agotarse convenientemente mediante operaciones comerciales estándar dentro de un año, como el inventario y las cuentas por cobrar.
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