El Factoring no es más que la cesión por parte de la empresa de sus facturas a una entidad financiera (un banco por ejemplo), para que sea esta la que se encargue de la gestión de cobro contra sus clientes. Esta figura trae las siguientes ventajas:
- Amplía la capacidad de financiación y proporciona liquidez inmediata financiando el importe de las ventas.
- Mejora los ratios de endeudamiento y del circulante, eliminando las cuentas a cobrar.
- Evita el riesgo de fallidos por insolvencia.
- Facilita un eficaz control estadístico-contable de la cartera de facturas.
- Reduce las gestiones por impagos, morosidad y fallidos.
- Aumenta la eficacia de la gestión de cobros.
- Permite una mejor planificación de la tesorería, evitando posibles desviaciones.