La llegada de nuevos miembros a la familia implican gastos permanentes, desde la primera etapa de su vida (alimentación, gastos médicos, vestimenta…) hasta la inversión por varios años en lo que respecta a educación, por ejemplo.
Esta decisión debe ser tomada bajo una planeación financiera y de responsabilidades previa, de manera que el nuevo miembro de la familia goce de una vida plena y sin inconvenientes.
Enfóquese en terminar de pagar la vivienda tan pronto como sea posible si es el caso y la construcción de un sólido patrimonio familiar, en pagar las obligaciones contraídas, en terminar de cumplir las metas que se propuso con su pareja, y en incrementar sus ingresos.
Así mismo, planee el futuro de su vejez realizando un ahorro programado para su retiro, y reserve algunos recursos para la educación y manutención de sus hijos.