En esta etapa de la vida las personas suelen tener pocas obligaciones y gastos fijos sin mayor importancia, debido a que la mayoría vive aún con sus padres y estos son los que asumen en gran parte los gastos del hogar.
Lo anterior, lleva al soltero a endeudarse y a tomar decisiones financieras apresuradas, por lo que es necesario pensar en posibles escenarios que contribuyen a su proyecto de vida desde ya.
Comience por priorizar sus metas y enumere cada uno de los proyectos que tiene para cada momento de su vida.
Dependiendo del contexto de cada persona, algunos ejemplos de objetivos pueden ser:
1. Estudiar un pregado
2. Hacer un posgrado
3. Viajar
4. Ahorrar para el futuro
5. Comprar vivienda o carro
6. Pagar impuestos
7. Tener una familia
8. Invertir o montar su propio negocio
9. Ahorrar para la educación de sus hijos
10. Pensar en su pensión
Planee sus metas a corto, mediano y largo plazo según sus ingresos y egresos, establezca un posible periodo de tiempo de cumplimiento de cada uno de los objetivos que se ha propuesto, y empiece a trabajar en ello. Recuerde que el tiempo pasa muy rápido y con él se va el dinero en cosas poco trascendentales. Sea disciplinado y piense en su patrimonio y proyecto de vida desde esta etapa de la vida.
Infórmese sobre las posibilidades que le ofrece el mercado, adquiera sus propias cosas; implemente hábitos de ahorro y endeudamiento sano; construya un historial crediticio positivo; invierta para una estabilidad financiera en el corto, mediano y largo plazo, y piense en su futuro.
Recuerde que uno de los principales objetivos a largo plazo desde el inicio laboral es invertir en la jubilación.
¡Ojo! No espere a que la edad le coja ventaja y que el ahorro para su futuro no sea suficiente para su manutención.