Pensar en el futuro y en las nuevas responsabilidades que implica dejar de ser soltero y compartir su vida con otra persona, ya sea en unión libre o cansándose es un paso muy importante en la vida, pues sus obligaciones financieras deben ser asumidas de otra manera y el presupuesto deja de ser individual para ajustarse a nuevas metas conjuntas.
La pareja debe organizarse de manera tal, que la administración de los recursos permita cumplir con las nuevas obligaciones y desarrollar los proyectos propios ya planteados por cada persona.
En este sentido, es necesario hacer una nueva planeación financiera, cumplir los objetivos individuales ya planteados, fijar nuevas metas alcanzables, priorizar gastos, diferenciar necesidades de deseos y determinar si los ingresos de los dos son suficientes para su manutención, el cumplimiento de los compromisos de cada uno, el ahorro, la ejecución de los planes del futuro y la garantía de una vejez tranquila.
Si al hacer el balance financiero, el presupuesto no es el ideal, deben ajustar gastos y evaluar alternativas de financiación, inversión o ahorro.
En esta fase es importante pensar en el tiempo y considerar el dinero con el que se cuenta para efectuar lo propuesto, encontrar estabilidad económica, cumplir el sueño de tener vivienda propia, viajar, compartir en pareja, pensar en el patrimonio, invertir en bienes, tener hábitos de ahorro ya consolidados y buscar rentabilidad, considerar algunos seguros como el de salud y vida, y trabajar por disfrutar plenamente de la vejez.
Una pareja sin hijos debe aprovechar para ahorrar, planear financieramente y asegurar el futuro (pensión), de manera que cuando lleguen los hijos, se tenga el capital suficiente para afrontar la nueva etapa.