Comprar es un placer pero hay que hacerlo con calculadora en mano y escogiendo lo necesario para no afectar los ingresos personales o familiares. ¿Cómo evitarlas?
Haga una lista y cúmplala:
Consiste en escribir y enumerar las cosas que se van a comprar en el supermercado y que son necesarias. Si algo se le olvida agréguelo sin temor, pero no olvide priorizar sus gastos.
Permanezca el tiempo necesario:
Está comprobado que quien pasa demasiado tiempo en los sitios donde hay ofertas y artículos novedosos tendrá más ganas de comprar, aunque no lo necesite.
Administre su fuerza de voluntad:
Aunque permanezca por mucho tiempo en centros comerciales o almacenes y los antojos aparezcan, recuerde que lo que gastará en unos pocos minutos le afectará por muchos días el bolsillo.
Escriba los gastos:
El ejercicio es real. Cuando se escriben las cuentas la conciencia de lo que se puede y no se puede gastar es más efectiva que cualquier otro ejercicio mental.
Consiga un supervisor:
Un familiar, un amigo, la pareja o el conyugue son los indicados para hacer entrar en razón a alguien cuando está gastando dinero de forma desmedida.
Dígale no a los vendedores:
Muchas adquisiciones se hacen por la persuasión que ejercen los vendedores sobre los compradores, aprenda a decir no, es más fácil que reconocer que se equivocó al comprar lo que no debía.