Algunas de las leyendas urbanas por las que muchos deciden no ahorrar son:
1. No puedo ahorrar porque no gano lo suficiente:
Ahorrar dinero no es un problema de ingresos, todos pueden hacerlo si tienen organización y disciplina. Estas habilidades se adquieren si utilizamos herramientas sencillas y las practicamos. Empiece por elaborar un presupuesto: apunte en una libreta o en una hoja de Excel los gastos y los ingresos, esto le ayudará a conocer su situación financiera real y, si es el caso, a tomar medidas si el dinero no se está empleando de manera eficiente.
2. El dinero ahorrado está mejor en la casa:
«Y si es debajo del colchón mucho mejor», acostumbran a decir muchos de formal coloquial. Guardar los ahorros en la casa no es seguro, pues hay riesgos tangibles como el de robos e imprevistos como incendios o terremotos donde se pueden perder los recursos ahorrados (en dinero o activos). Así mismo, la tentación a gastarse el dinero ahorrado es mayor. En síntesis, si el capital está guardado en casa nadie responde por él.
3. ¡Para qué ahorrar sino pagan intereses!:
Todas las entidades financieras pagan intereses por los ahorros. Las ganancias dependen del riesgo inmerso en el instrumento de inversión, la liquidez de los recursos y el periodo de tiempo en que estará el dinero ahorrado (si decide ahorrar a través de un CDT a un año, los intereses que recibirá serán mayores que si lo hace a tres meses). Recuerde que los bancos, corporaciones financieras y compañías de financiamiento cuentan con el seguro de depósitos de Fogafín que tiene la capacidad de devolverle hasta $20 millones en caso de que alguna de las entidades en las que tiene el ahorro se liquide.