Es la modalidad mediante la cual organizaciones criminales buscan dar apariencia de legalidad a los recursos que obtienen de sus actividades ilícitas, mediante la incorporación de estos en el circuito económico legal. A través de esta actividad, las bandas delincuenciales consiguen hacer uso de los activos sin poner en peligro su reinversión en nuevas actividades ilícitas o lícitas.
Es el apoyo financiero, en cualquier forma, al terrorismo o a aquellos que lo fomentan, planifican o están implicados en el acto violento. Se debe tener en cuenta que es complicado definir al terrorismo en sí mismo, porque el término puede tener connotaciones políticas, religiosas y nacionales, dependiendo de cada país. El lavado de activos y la financiación del terrorismo, por lo general, presentan características de operaciones similares, sobre todo con relación al ocultamiento, pero aquellos que financian el terrorismo transfieren fondos que pueden tener un origen legal o ilícito, encubriendo su fuente y destino final.
El lavado de activos y la financiación del terrorismo se pueden valer de las mismas técnicas, canales e instrumentos para movilizar el dinero o los activos, buscando al final los mismos fines:
Ocultar los dineros de origen ilícito.
Realizar negocios por interpuesta persona, para beneficiarse de los dineros producto de delitos, dándoles apariencia de legalidad.
Circular sus dineros por el circuito económico legal y utilizarlos en otras actividades delincuenciales.
Tener acceso a recursos nacionales e internacionales.
Tener acceso al sistema financiero.
Buscar nuevas fuentes de ingresos.
Mezclar dinero lícito e ilícito.
Poseer negocios fachada para dar apariencia de legalidad a recursos ilícitos.
Evitar la extinción de dominio o incautación de sus bienes.
Tanto en el lavado de activos como en la financiación del terrorismo se da una compleja serie de transacciones difíciles de separar. Sin embargo, se pueden distinguir tres etapas:
Colocación. Durante esta etapa inicial se introducen fondos ilegales en la economía, poniéndolos en circulación a través de instituciones financieras, casinos, negocios, casas de cambio y otros negocios, tanto nacionales como internacionales.
Ocultamiento. Involucra la conversión de los fondos procedentes de actividades ilícitas mediante capas de transacciones financieras, buscando disimular el rastro documentado, fuente y propiedad de los fondos.
Integración. Implica la colocación de los fondos de regreso en la economía para crear la apariencia de legitimidad. A través de la etapa de integración, es extremadamente difícil distinguir la riqueza legal de la ilegal. El delincuente podría optar por invertir los fondos en bienes raíces, activos lujosos o proyectos comerciales.
A continuación se relacionan algunas de las recomendaciones para personas naturales y jurídicas.
Para persona natural:
No prestar su nombre para recibir dinero de desconocidos por ningún medio (giros, consignaciones).
Informar a su entidad financiera sobre cualquier consignación que reciba de origen desconocido.
Indagar siempre sobre la procedencia de los dineros que se le confían, sin importar si se trata de un familiar o un amigo.
Dudar de los "negocios fáciles".
Documentar las transacciones que realice.
No participar en las llamadas pirámides financieras o captación masiva y habitual de dineros del público.
Para personas jurídicas:
Aplicar mecanismos de conocimiento de cliente.
Documentar todas las operaciones realizadas.
Incluir controles en los procesos.
Hacer conocimiento del mercado al cual va a ingresar o en el cual está efectuando su objeto social.
Documentar las transacciones que realice.
Indagar sobre los antecedentes de los eventuales candidatos a ser proveedores de la empresa.
Todos somos actores en el sistema de prevención y detección del lavado de activos y la financiación del terrorismo, desde nuestro rol en la sociedad:
Gobierno Nacional: además de propender por la prevención del delito, es el encargado de formular y coordinar la Política Anti Lavado de Activos y Contra la Financiación del Terrorismo (ALA/CFT). Adicionalmente es el responsable por su detección, investigación y juzgamiento.
Hogares: actor de vigilancia ante posibles casos de lavado de activos.
Empresas: en lo que respecta al sector financiero mediante el Sistema de Administración del Riesgo de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (SARLAFT) se trabaja en la prevención y control de este riesgo. Los demás sectores de la economía también cuentan con herramientas para prevenir y detectar este delito.
Sector Externo: entidades que proponen estándares internacionales, como el GAFI, grupos regionales como el Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT), el Comité de Basilea, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre otros, y las Unidades de Inteligencia Financiera (UIF).
Cualquier ciudadano puede informar ante la UIAF, de manera anónima, actividades sospechosas, irregulares o inusuales asociadas a los delitos del lavado de activos y financiación del terrorismo, a través de la página web de la UIAF en la pestaña Servicios de Información al Ciudadano / Cuéntenos sobre Lavado de Activos o Financiación del Terrorismo o en el link: www.uiaf.gov.co
Nota: Para la UIAF, los reportes de operación sospechosa – ROS, son reservados, no constituyen una denuncia penal y no tienen que tener certeza del delito.
*La información relacionada a continuación fue tomada del documento “Lo que debe saber sobre el Lavado de Activos y la Financiación del Terrorismo” de la UIAF, segunda edición, 2014.
El individuo o grupo involucrado en actividades criminales, busca el mecanismo de controlar las ganancias generadas sin llamar la atención sobre el origen real o las personas involucradas. Esto con el fin de ocultar las fuentes de los activos, cambiando su denominación o movilizando el dinero hacia un lugar donde llame menos la atención.